Cinco razones para viajar a Nueva Zelanda

¿Te gustaría viajar a Nueva Zelanda pero no acabas de decidirte? Un viaje a las antípodas es una experiencia única y especial que te recomendamos hacer al 100%. Te damos cinco razones por las que vale la pena viajar a Nueva Zelanda.

Naturaleza en vena

Nueva Zelanda nos ofrece una gran variedad de paisajes de ensueño: bosques, manglares, montañas, lagos, volcanes, playas, fumarolas, zonas selváticas y fiordos. Destacan la bahía de las islas, el golfo de Hauraki, las cuevas de Waitomo, el Parque Nacional de Tongariro y el Parque Nacional Abel Tasman, así como los géiseres en activo de Rotorua, el espectacular fiordo de Milford, situado dentro del Parque Nacional de Fiordland, y los glaciares Franz Josef y Fox.

Recorrer el estrecho de Cook, que une las dos islas, es considerado como “uno de los trayectos en ferry más bonitos del mundo”. En el viaje, de 92 kilómetros y 3 horas de duración, se pueden ver los fiordos de Malborough Sounds y avistar animales.

Nueva Zelanda es, también, un destino perfecto para hacer senderismo: cuenta con nueve grandes rutas con oferta para todos los públicos. De hecho, una tercera parte del país está protegida con parques y reservas nacionales.

Una fauna y flora singular

Gracias al aislamiento de Nueva Zelanda -a 2.000 km de Australia, la tierra más cercana-, cuenta con plantas y animales únicos, la mayoría endémicos. Es interesante ver cómo los insectos y las aves han experimentado su propia evolución. Por ejemplo, muchas aves, al no tener depredadores naturales, perdieron las alas y se convirtieron en especies no voladoras, como el popular kiwi (el símbolo nacional).

Hay otras aves nativas conocidas de Nueva Zelanda como el kakapo, el kea, el weka, el takahe, el tui y la lechuza morepork. Y el reptil tuátara, una reliquia inigualable del pasado. Eso sí, a pesar de la variedad de animales el país se puede recorrer con una tranquilidad total, ya que sólo hay una araña venenosa -katipo- y es muy difícil de ver.

Para observar mamíferos marinos hay que dirigirse a la costa noreste de la isla del Sur, en Kaikoura: aquí reside casi todo el año el cachalote y, según la estación, también puede haber ballenas jorobadas migrantes, ballenas piloto, azules y francas. Todo el año se ven osos marinos y delfines oscuros. Pingüinos, focas y leones marinos se pueden avistar en la Península de Otago. Y el pequeño delfín cabeza blanca, que sólo se encuentra en las aguas de Nueva Zelanda, puede avistarse al norte de la isla sur.

Nueva Zelanda tiene majestuosos bosques nativos, que incluyen especies como kowhai (una especie de hoja pequeña que en primavera exhibe unos racimos caedizos de brillantes flores amarillas, la flor nacional) y pohutukawa (el conocido como árbol de Navidad), muchas variedades de haya, y el árbol nativo más grande de todos, el gigantesco kauri. Bajo los árboles hay una nutrida capa de vegetación, compuesta por un sin número de arbustos nativos y varios tipos de helechos (hasta 80 especies diferentes), musgos y líquenes.

Por su cultura maorí

Los maorís, que llegaron a Nueva Zelanda hace más de 1.000 años, han dejado huella en todo el país y su cultura está hoy muy presente en las dos grandes islas. Para estos excelentes navegantes, Nueva Zelanda es ‘Aotearoa‘, “la larga nube blanca”.

Rotorua es uno de los principales centros en los que podrás conocer sus costumbres y tradiciones y asistir a algún espectáculo cultural, como una haka (danza de guerra) o un hangi (banquete maorí).

La cultura maorí está presente también en el rugby, considerado deporte nacional en el país. La selección neozelandesa -All Black- realiza una haka antes de cada partido en una impresionante demostración de fuerza y ​​destreza física.

Ciudades para todos los gustos

Wellington, la capital del país, es compacta, culta y llena de carácter. Es imprescindible visitar el museo nacional Te Papa -distinto a cualquier otro del mundo- y ver las bonitas vistas de la ciudad desde el Monte Victoria.

Auckland es la ciudad más cosmopolita del país, en la que viven un tercio de los neozelandeses. Su situación geográfica, entre dos enormes puertos, y la mezcla de sofisticación urbana de la ciudad han inspirado un estilo de vida que normalmente queda calificado entre los diez mejores del mundo. En Auckland se ubica la Sky Tower que con sus 328 metros es la estructura más alta del hemisferio sur. Los tres observatorios de la torre a diferentes niveles ofrecen vistas de 360 grados de toda la ciudad. El icónico puente del puerto, inaugurado en 1959, ofrece otro tipo de aventuras.

Christchurch es la ciudad más importante de la Isla Sur, es juvenil y tradicional a la vez. Y Dunedin, apodada como la ‘Edimburgo del sur’, es una urbe tranquila de edificios victorianos de basalto. Es la base ideal para explorar la península de Otago.

Adrenalina a grandes dosis

En Nueva Zelanda también puedes disfrutar de actividades extremas. Queenstown es conocida por su oferta de deportes de aventura: escalada, ‘puenting’ -el primer salto comercial de ‘puenting’ del mundo, a 43 metros sobre el río, tuvo lugar en el puente de Kawarau, a 23 km de la ciudad mencionada-.

Además, puedes hacer rutas en bici de montaña, rafting -en la oscuridad de Waitomo o en el río Buller, por ejemplo-, paracaidismo en Abel Tasman, ‘jetboat’, barranquismo… ¡Elige tu hazaña!

En busca del anillo

Nueva Zelanda es el destino perfecto para los amantes de la trilogía de El Señor de los Anillos y el Hobbit, puesto que el director de cine neozelandés Peter Jackson supo encontrar toda la variedad de paisajes descritos por J.R.R. Tolkien en sus obras.

En Matamata, se encuentra Hobbiton donde podrás sentirte como un verdadero hobbit y tomarte una cerveza en la Posada del Dragón Verde. Además, en Wellington, se puede visitar The Weta Cave para ver trolls y a Gollum, tocar las manos de los hobbits o probarse la cota de malla de mithril de Frodo…

Además, los amantes de la saga podrán recorrer otros lugares populares de las películas -disfrazados de los personajes de las películas si lo desean- e incluso ¡comprar copias del Anillo!

¿Te vienes a Nueva Zelanda?