Nos encanta la nieve, nos gusta la lluvia, da vida. Pero, después de este largo invierno lluvioso, estamos ya deseando sentir el calor del verano, notar la sal del mar crepitar en la piel, percibir el olor intenso de las playas limpias y el rumor de las olas. Sigue leyendo
Alrededor del mediodía del 23 de Julio de 1911, un explorador llamado Hiram Bingham, escaló una colina empinada y se topó con Machu Picchu, descubriendo para la mayor parte del mundo lo que había sido hasta el momento, el más grande secreto guardado por los Incas. Sigue leyendo
En el Libro de las Tierras Vírgenes (el Libro de la Selva, en su título más actual), Rudyard Kipling hablaba de una selva imaginaria en el corazón de la India, un lugar frondoso y salvaje donde vivieron Mowgli, Shere Khan, Baloo, Baghera, Kaa y los anárquicos monos Banderlog. Esa selva era Seeonee.
Pero, ¿era imaginaria?
Existe un distrito en ese país llamado Seoni y no muy lejos, una reserva natural donde aún habitan tigres, venados, leopardos, jabalís y monos.
Podría ser solo una coincidencia, pero el Parque Nacional de Bandhavgarh, en el distrito Umaria de Madhya Pradesh, debe su nombre a la colina más prominente de la zona, que se dice que fue regalada por el dios Rama a su hermano Lakshmana. Las ruinas de una antigua fortaleza perviven aun entre la espesura. De ahí el nombre Bandhavgarh, que en sánscrito quiere decir La Fortateza del Hermano.
Y Rudyard Kipling relataba: “No había visto Mowgli, hasta entonces, ninguna ciudad india, y aunque aquélla no fuera ya más que un montón de ruinas, la tuvo por espléndida y maravillosa. La edificó un rey, tiempo atrás, en la cumbre de la colina, y aún podían adivinarse las calzadas de piedra que conducían a las destrozadas puertas, cuyas últimas astillas colgaban de los goznes, comidos por el moho. Crecían árboles a uno y otro lado de las paredes; caídas y hechas pedazos estaban las almenas, y silvestres enredaderas pendían de las ventanas, a lo largo de los muros, en grandes y apretadas masas…”
En el interior de esa reserva se encuentra el lujoso y romántico hotel Mahua-Kothi, construido en el estilo local de las familias de la comunidad y con materiales ecológicos. El hotel solo permanece abierto desde el 15 de octubre hasta finales de Junio, después, solitario, ahogado en el rumor de las lluvias del monzón, permanece dormido en un largo letargo.
Nosotros buscábamos una luna de miel diferente. Así, después de nuestro recorrido por Agra, Jaipur….., el Taj Mahal, recalamos en esta reserva natural. Las noches que allí pasamos, rondaba, misteriosa, la presencia de los tigres, entre bosques centenarios de Madhuca, cuyas blancas flores adornan los rituales indios. Después de nuestros safaris, venían nuestras cenas a media luz, junto a las charcas que sacian la sed de los grandes felinos, trayendo a nuestras mentes las historias del Libro de las Tierras Vírgenes. Durante esas cenas, los guardas que custodian las instalaciones nos relataban que, en esas fechas brumosas de lluvias, en las noches más oscuras que uno puede imaginar, entre el crujido y el bamboleo de las ramas, se oyen rugidos cercanos y chillidos animales. Nosotros dejábamos volar nuestra mente y junto al fuego, entre los árboles de Madhuca, imaginábamos los gritos y las siluetas de los monos Banderlog, que durante los monzones regresaban a sus dominios, como cada año, desde que Mowli descubrió por primera vez las cercanas ruinas de la colina de Bandhavgarh.
Porque no todo son playas paradisíacas y románticos paseos a la luz de la luna, hoy Taranná Luxury Travel nos acerca a una luna de miel de aventura y lujo en el corazón de la India… ¿nos acompañas?
“En el Libro de las Tierras Vírgenes (el Libro de la Selva, en su título más actual), Rudyard Kipling hablaba de una selva imaginaria en el corazón de la India, un lugar frondoso y salvaje donde vivieron Mowgli, Shere Khan, Baloo, Baghera, Kaa y los anárquicos monos Banderlog. Esa selva era Seeonee. Sigue leyendo
Muchos la consideran la isla más hermosa del mundo. Y no les falta razón.
La primera sensación que se impregna en nuestra retina al aterrizar sobre el motu del aeropuerto de Bora Bora, situada a 270 km desde Tahití en Oceanía, es que tiene la laguna más hermosa del mundo. El buceo en estas aguas limpias y cálidas es una experiencia sublime, entre miles de peces multicolores que se divierten rozando, curiosos, a sus invitados.
Es una joya posada en el azul del Pacífico, una isla romántica en cuyo seno cada hotel supo crear un paraíso privado para acoger a las parejas en su luna de miel. Los exclusivos bungalows son remansos de intimidad, perfectos miradores desde donde observar el atardecer reflejado en el monte Otemanu y la caída del sol en la inmensidad del horizonte oceánico.
Les damos 6 razones para no perderse Bora Bora:
Los esplendores de la laguna Bora Bora es una isla volcánica que surge sobre una de las lagunas más hermosas del mundo. Numerosos islotes paradisíacos emergen de sus transparentes aguas.
La isla romántica Bora Bora es la isla romántica por antonomasia para las parejas en luna de miel. Aquí pueden celebrar una boda tradicional tahitiana, no reconocida legalmente, pero igualmente mágica.
El desayuno llega en canoa Los bungalows sobre las turquesas aguas de la laguna ofrecen un servicio de hostelería impecable. Lo mejor: el desayuno que llega a bordo de una piragua.
Lagoonarium En el mayor acuario al aire libre de Tahití y sus islas se puede acariciar a las mantas gigantes y admirar la infinidad de peces que pueblan sus ecosistemas, también seguir sus fantásticas evoluciones.
Hawaiki Nui Va’a Bora Bora constituye la última etapa de la competición de piraguas más importante del Pacífico Sur, Hawaiki Nui Va’a, celebrada todos los años en octubre.
Una gastronomía refinada Mezcla de platos franceses e internacionales y las especialidades tahitianas, al ritmo hechizado de cantos y danzas tradicionales.
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) una apuesta de todos. Retos universales para garantizar un planeta más sostenible, diverso y justo. Conoce cómo en Tarannà aplicamos los ODS.
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