Nuestro especialista en viajes a Senegal, Xavier Gil, nos descubre la mejor forma para poder empezar a conocer África.
Puedes optar por un viaje a medida o apuntarte a uno de nuestros viajes que salen durante todo el año (se confirman a partir de 2 personas). Si vas a viajar a Senegal, lo mínimo para conocer lo básico del país son 8 días, pero si lo quieres conocer bien, mejor que sean 15.
¿Qué ver en Senegal?
Se llega a través de Dakar. Allí está la isla de Goree con la casa-museo de los esclavos. Subiendo hacia el norte está el lago rosa, un lugar con un entorno natural espectacular. Cada día la gente local extrae la sal del lago, y es una vivencia que vale la pena conocer. También puedes recorrer unas dunas hasta llegar en una zona de playas desérticas con buggies, para encontrarte único en un lugar realmente especial.
Subiendo hacia el norte está Lompoul, una zona de grandes dunas con haimas para hacer noche, romper con lo cotidiano del día y disfrutar de una puesta de sol en medio de las dunas. Después vamos a Saint Louis, una antigua ciudad colonial francesa con mucho encanto que ha sabido mantener su esencia. En el mercado de pescadores podrás vivir momentos impactantes.
Cerca de Saint Louis se encuentra la reserva natural de la Barberie, una reserva ornitológica muy potente, sobre todo de junio a septiembre. Después de Saint Louis ya bajamos hacia el sur, y veremos el contraste paisajístico. En el sur lo que hay es selva espectacular y muy frondosa.
Hacemos una parada en Touba, una ciudad que cuenta con la mezquita más grande de África occidental. Seguiremos bajando y pararemos en Kaolack, donde visitaremos su mercado y haremos noche. Y desde allí ya nos dirigiremos a la ciudad de Tambacounda, al este del país. Por el camino nos encontraremos mercados, etnias y también alguna celebración.
De Tambacounda (la capital de la región del sur) nos dirigimos a Kedougou, uno de los puntos más alejados en un viaje a Senegal. Atravesamos el Parque Nacional Niokolo-Koba, el único en el que se pueden ver determinados animales (leones de melena negra, antílopes, cebras, hipopótamos, … ) a través de un safari. En verano se cierra por temporada de lluvias. En Kedougou hay 2 etnias interesantes: los Bassari (en la zona baja) y la sub-etnia Bassari Bedik (arriba de las montañas). Llegamos a una pequeña población llamada Ibel, el punto de partida de un pequeño trekking de 2 horas hasta llegar arriba de la montaña donde están sus aldeas.
La primera se llama Iwol y es donde tenemos el contacto con esta población. Cerca se encuentra el bosque de Dindefelo en el que hay chimpancés. También se puede hacer una caminata espectacular por medio de la selva, atravesando ríos, hasta llegar a la cascada de Dindefelo. Y desde aquí ya vamos al sur, a la región de Casamance, la franja que hay por debajo de Zambia, donde encontramos las dos etnias mayoritarias de la zona, los diola y los mandinga, con una identidad propia muy fuerte.
Llegamos a Ziguinchor, el núcleo de partida para hacer las visitas de las poblaciones locales, que incluso tienen un rey local al que puedes pedir audiencia. En estas aldeas encontramos un tipo de construcción muy distinto al del resto de África. Después cogemos una barca hasta llegar al delta del río Casamance donde hay una serie de islas, una de ellas Karabane, un lugar paradisíaco con playas vírgenes típicas del atlántico. A nivel ornitológico es también un lugar importante. Hay otra isla, la isla de los fetiches, Hitou, que mantiene la esencia animista.
De aquí ya volvemos hasta Dakar, y lo hacemos atravesando Gambia, que es otro país, lo que nos obliga a tramitar un visado. Pasada la frontera, nos centramos en la reserva natural de lo que es la desembocadura del río Saloum, una zona preciosa de manglares donde la población local se dedica a la pesca.
Desde aquí subimos al norte parando en la zona de Saly, la más turística del país. Paramos a hacer noche y descansar pero también se pueden hacer actividades (safaris en una reserva natural con rinocerontes, jirafas, cebras, búfalos, cocodrilos, …). Después de cenar, salimos hacia Dakar y ya de vuelta para España. Todo este trayecto se hace con un vehículo conducido por un conductor experimentado y local.
Senegal está abierto al turismo desde hace muchos años, por lo que las infraestructuras (carreteras, hoteles, …) son óptimas.
En cuanto a la comida, se come muy bien, hay influencia francesa.
A Senegal se puede viajar durante todo el año, aunque hay temporada de lluvias, de junio a septiembre, pero éstas no son muy intensas. Otro factor a tener en cuenta es el calor. Para viajar a Senegal necesitarás el pasaporte en vigor. No se necesita visado para Senegal pero sí para atravesar Gambia. Se gestiona en la frontera.
En cuanto a vacunas para Senegal, no hay ninguna obligatoria, sólo recomendadas. Debéis consultarlo en un centro de vacunación internacional.
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