Una imagen vale más que mil palabras, asegura el dicho, y nosotros queremos añadir: además, permite revivir más de una vez las mejores experiencias. La fotografía, sea amateur o profesional, es una gran aliada del viajero y es objeto, a la vez, de una de las salidas temáticas más solicitadas: El viaje fotográfico. En Tarannà este año hemos apostado fuerte por esta modalidad y ofrecemos un viaje de este tipo prácticamente cada mes.
¿Por qué hacer un viaje fotográfico? Este tipo de viaje surgió de la necesidad de los propios clientes, ya que la mayoría de gente viajera es aficionada a la fotografía. Entonces, los creamos con la idea de unir estas dos pasiones. El resultado es un tipo de viaje con un planteamiento totalmente distinto a otro viaje convencional. Se trata, sobre todo, de un viaje taller de fotografía.
Toda persona que se apunta a un viaje de este tipo ha de tener unos mínimos conocimientos de fotografía, porque básicamente está planteado para esto. En todos ellos el grupo va acompañado de un fotógrafo profesional, que va transmitiendo sus conocimientos a través de consultas de los propios clientes o con aportaciones directas. Normalmente, el día a día del viaje es ir a fotografiar. El tempus del viaje cambia en función del concepto fotográfico, porqué hay que estar en el momento adecuado en el lugar adecuado. Además, no hay horarios, a lo mejor te dedicas a hacer fotografía nocturna y luego te levantas muy temprano justo a la salida de sol, o para poder trabajar con las primeras luces. En este tipo de viaje las visitas a las 12 de la mañana, que habitualmente se hacen en un viaje normal, no tienen sentido.
Otra característica típica de los viajes fotográficos es que cada día por la noche se realiza una puesta en escena con todos los participantes. Después de cenar hay una charla y cada uno expone y visualiza delante de los demás con un portátil lo que ha fotografiado. Entonces el fotógrafo profesional da su opinión y hace comentarios técnicos, sobre la profundidad de campo o sobre los encuadres, entre otros aspectos, que permiten a los miembros del grupo mejorar las tomas y el resultado final. Hemos comprobado que este sistema va realmente muy bien.
No todos los viajes fotográficos exigen un mismo nivel de expertice. Además, el nivel de equipamiento necesario varía según el tipo de viaje. No es lo mismo ir a fotografiar arqueología en Egipto que fauna en Tanzania. Para fotografiar animales en Tanzania necesitas un equipo más sofisticado y completo, que te permita captar correctamente esas imágenes con la cámara. Cada uno sabe cual es su nivel y los recursos con los que cuenta antes de apuntarse.
La novedad de este año en nuestra oferta es un safari fotográfico a Zambia, que es el lugar más auténtico para hacer un safari hoy en día en África, porque es un destino muy virgen a nivel de avistamiento de animales. Además, contaremos con el fotógrafo Quim Dasquens y vamos al parque nacional South Luangway , que le da también un carácter muy distinto al viaje.
Podemos encontrar otros muchos viajes fotográficos interesantes. Los próximos previstos son a Finlandia (24 de mayo), Etiopia (20 de junio), Marruecos (5 de junio y 24 de agosto), entre otros. Los elegimos por su atractivo y también en función de fotógrafos con los que trabajamos. En este tipo de viaje, el fotógrafo es la pieza clave, porque lo importante es que tenga buenos conocimientos del lugar y del país, que lo conozca a fondo como fotógrafo.
Por ejemplo, para el viaje fotográfico a Costa Rica (20 de octubre), contamos con el fotógrafo profesional Nicolás Reusens, experto en este país, entre muchos otros. Se trata de un viaje básicamente planteado para fotografiar naturaleza, fauna, flora y entorno natural. Él ha estado 50 veces en Costa Rica y sabe, por ejemplo, en qué parque natural y en qué momento exacto, quizás a las cuatro y media de la mañana, se tienen que estar a punto para poder fotografiar el colibrí en la toma idónea.
Diferentes maneras de ver el mundo
La fotografía tiene algo de capturar la esencia del viaje, hacerlo algo menos perecedero, ser un apoyo de la memoria. Yo soy aficionado a la fotografía y realmente me gusta capturar esos momentos y a veces sí que es verdad que, gracias a la fotografía, el momento vivido en la experiencia queda de por vida. La fotogafía ayuda a hacer que muchos recuerdos y sentimientos te vengan a la mente de manera más fácil.
Lo que puedes comprobar, si participas en un viaje de este tipo, es que a pesar de estar viviendo lo mismo, cuando ves la fotografías de los demás miembros del grupo, no hay ninguna fotografía prácticamente igual. Estamos viendo las mismas personas o paisajes, pero la visión que tenemos de lo vivido, la imagen que hemos capturado, es totalmente distinta y eso es muy curioso. Nos parece que el hecho de participar en una misma experiencia va a dar un mismo resultado, cuando, en realidad, cada persona tiene una manera de ver el mundo. Y gracias a la fotografía podemos visualizar claramente este concepto.
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