El turismo sostenible y responsable es un concepto amplio basado en el respeto medioambiental y en criterios de respeto cultural y social hacia las poblaciones y sociedades de acogida. La actitud de consideración hacia los lugares y las personas con los que se entra en contacto durante el viaje es fundamental para Tarannà Viajes con Sentido. Un soporte muy importante en nuestra filosofía de responsabilidad es la colaboración con Aethnic, asociación de turismo responsable con la que realizamos conjuntamente diversos viajes para potenciar los valores de la sostenibilidad.
Jesús Martín Vidal es el Director de Comunicación de Aethnic y hablar con él, además de ser un placer, nos aporta una visión absolutamente apropiada de lo que significa la sostenibilidad del sector del Turismo y la importancia de su impacto. Nos interesa mucho transmitir sus opiniones y vivencias, y también hablar –como ejemplo muy relevante– del viaje sostenible a Senegal y Gambia, que Tarannà y Aethnic proponemos a los viajeros.
Aethnic es una asociación dedicada al turismo sostenible. Se fundó como Ethnic pero por razones de marketing y comunicación le añadimos la “A” inicial como refuerzo y denotando así nuestro carácter asociativo.
– ¿Cuándo inició sus actividades?
Ethnic nació en 2006 como entidad sin ánimo de lucro con el objetivo claro de promover el turismo sostenible como alternativa al modelo de turismo convencional. Es una propuesta de sensibilización e incidencia, como una vertiente más de una plataforma a la que estamos adheridos junto a entidades como el Foro de Turismo Responsable y otras diversas asociaciones a distintos niveles. Nuestra asociación se fundó con la voluntad de incidir en la creación del debate acerca de lo que es el turismo sostenible y la responsabilidad en el viaje. Trabajar sobre qué impactos queremos reducir y en qué líneas queremos operar: medioambiente, economía, cultura y todos los que incidan positivamente en la sostenibilidad de nuestro planeta. Resumidamente, este es el punto de partida del proyecto Aethnic.
– Queda claro que Aethnic es una ONG, una empresa sin ningún tipo de ánimo de lucro…
Correcto, nuestros objetivos de inicio en 2006 ya los he mencionado y a partir de 2012 se plantea la profesionalización de la entidad, lo que significa que a través de la colaboración y la experiencia en el mundo del turismo, nos planteamos el diseño y la producción de viajes como una de las vías para generar recursos financieros que reviertan en nuestros diferentes proyectos.
– Naturalmente porque sin recursos poco se puede abarcar…
Exacto, nosotros tenemos cinco líneas de actuación: una es el diseño y la producción de propuestas de viajes basados en los criterios del turismo sostenible, ya sea a la carta o a medida o en colaboración con agencias de viajes, como los viajes que organizamos conjuntamente con Tarannà. Otra línea es la formación aquí y allá, me explico. Aquí, lo hacemos ofreciendo información y formación introductoria a todos los conceptos del turismo sostenible; y allá, concienciando, preparando e instruyendo en los destinos a los guías locales. Las restantes tres líneas son: incidencia, sensibilización y cooperación internacional. Estos son nuestros cinco ámbitos básicos de actuación.
– Bien, pienso que la formación es fundamental, ya que las personas, en general, tal vez ignoraban o no recapacitaban acerca de estos temas de responsabilidad individual y social, y lo muy importante que es al respecto el sector del turismo ¿cierto?
Totalmente, esto cada vez está penetrando con mayor fuerza en la sociedad. Este año que es el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, está ayudando mucho al respecto por la gran difusión que ello conlleva. La realidad es que cada vez todos estamos más convencidos de que si no trabajamos en esta línea, muchas cosas importantes se vendrán debajo de forma irreparable y en el turismo concretamente esto es decisivo.
– Seguro que el Año Internacional del Turismo Sostenible provoca que Aethnic esté absolutamente activa al respecto…
Por supuesto, participamos en todo lo que podemos, a través de eventos, actos, acciones y mensajes, sobre todo para que acaben llegando al viajero. Esto es lo más esencial y por ello colaboramos con otras agencias de viajes y muy especialmente con Tarannà, ya que en ambas empresas las ideas coinciden plenamente dentro de esta dinámica.
Colaboración y simbiosis entre Tarannà Viajes con Sentido y Aethnic
– ¿Siempre en colaboración con agencias o también organizáis viajes por vosotros mismos?
No, siempre en colaboración. A nosotros lo que nos gusta y preocupa es el diseño y la producción del viaje y actividades a nivel local, con las ONG y operadores locales y después buscamos aquí empresas de turismo que, lógicamente, concuerden con nuestra filosofía. Al respecto, para nosotros Tarannà es clave porque nuestros objetivos de sostenibilidad coinciden plenamente, creo que ambas entidades lo llevamos en nuestro propio ADN.
– ¿Desde cuando ofrecemos viajes conjuntos Aethnic y Tarannà?
Pues ahora se cumplirán ya dos años de colaboración y ya el pasado año realizamos nuestros primeros viajes conjuntos con un nivel de satisfacción total en cuanto al logro de los objetivos propuestos.
– Luego hablamos de un viaje en concreto para plasmar perfectamente lo que son estas opciones turísticas pero, ¿tú que crees que es la clave de este engranaje perfecto entre ambas empresas?
Como ya he dicho, todo en general, pero pienso que es muy importante, en esta simbiosis entre nosotros, el mensaje que transmitimos y que después se cumple absolutamente sobre el terreno. La información que se da es muy clara. El viajero llega con una sensibilidad absoluta y comprueba en el terreno que es real y fidedigna, de la misma manera que lo que nosotros planteamos en el terreno se aporta totalmente desde aquí. Yo calificaría nuestra experiencia con Tarannà como muy buena y ello lo corroboran los inputs recibidos, tanto del viajero cuando ha regresado como en lo que nos llega desde terreno en el lugar visitado. Creo que hemos conseguido cerrar el círculo y lo que aquí hemos propuesto, allí se descubre plenamente. Hemos creado un magnífico equipo, la gente encuentra en el terreno aquello para lo que se le ha informado que viajará.
– Es decir que quienes participan de estos viajes ya salen con una idea clara del objetivo del viaje y de las experiencias que van a vivir…
Absolutamente, la gente tiene muy claro que ni va a vivir un viaje de aventura ni tampoco una estancia para gozar de una playa paradisíaca, por poner un ejemplo. Encontrarán visitas a proyectos locales emprendedores, contactarán con la cultura local y todo ello la gente lo asimila de una forma perfecta.
– Queda claro que las personas que optan por este modelo de viajes son ya gente concienciada pero, y en los destinos, ¿cómo se recibe este tipo de turismo? ¿La población local capta verdaderamente que este es un turismo diferente del que tal vez recibían hace un tiempo?
Sin duda. Piensa que uno de nuestros criterios es hacer grupos reducidos, máximo doce personas y por otra parte, tenemos un equipo muy consolidado en el destino; con ello se ajustan muy bien los tiempos. Los itinerarios parten al máximo de las zonas preestablecidas y normalmente son diferentes de las que se han utilizado para el turismo más convencional. Los lugares que atraen mayores masas, nosotros pensamos que no son imprescindibles de visitar. Preferimos más visitas a poblados y un contacto siempre más directo y estrecho con la gente local, o vamos a islas que suelen estar fuera de los circuitos turísticos y por tanto poseen un atractivo cultural más interesante, por ejemplo a nivel religioso para conocer el animismo. Con todo lo dicho, la gente del lugar evidentemente que diferencia nuestros grupos y esto nos da incluso una cierta relación preferencial. El trato que se da a nuestros grupos es diferente al de los grupos más habituales de turistas.
– Esto está bien sin duda. Una mayor integración con las personas que visitamos.
Así es. Lo que hemos hecho, naturalmente, es difundir nuestro concepto de turismo responsable a través de todos los guías de la región. Participamos en actividades que no se realizan en los viajes programados con fines convencionales. Nosotros apostamos muy claramente por valorar la cultura autóctona y esto incide muy positivamente en las personas que a ella pertenecen. En el Senegal, como en Marruecos o en casi todas partes siempre ha existido el objetivo de los individuos de dejar sus poblados y sus cosas para ir a grandes ciudades en busca de confort y un teórico mejor nivel de vida. Ahora se está produciendo cada vez más un cambio de sentido y la gente se da cuenta de que lo que posee en su poblado o en su forma de vida teóricamente sencilla, es realmente muy valioso e incluso más de lo que hallaría en lugares masificados. Nosotros y los viajeros que nos acompañan contribuimos a ello por lo mucho que valoramos lo que ellos tienen y aquella gente se siente verdaderamente orgullosa de lo que son y comprenden que lo que tienen es realmente más valioso de lo que pensaban, muy por encima de posesiones materiales en las que pudieran haber pensado ir a buscar a lugares tecnológicamente más desarrollados.
Cierre del Círculo beneficioso entre viajeros y residentes
– Todos juntos estamos descubriendo que lo auténtico y lo que aporta mayor enriquecimiento personal está lejos de los lujos y reside en las cosas más sencillas y naturales…
Claro. Esto nos permite también crear un círculo beneficioso entre los viajeros y los residentes. Por ejemplo, hacemos un taller en Senegal con unas mujeres de un colectivo que tienen movilidad reducida y que dan clases de elaboración de diversos objetos con hojas de palma. Naturalmente, ellas no estaban acostumbradas a dar clases y menos a gente blanca que lo toma con tanto interés y no hace falta decir lo beneficioso que es para su orgullo y para su sentimiento como persona, mientras que el viajero se siente genial con un trato directo y personal. Un círculo beneficioso espectacular. Se cambian roles y el viajero que pedía y mandaba pasa a ser un alumno con gran interés. Para finalizar un acto como este, incluimos una comida al final completando una convivencia total entre las mujeres que daban el taller y los viajeros alumnos. Estos impactos positivos, poco a poco, van cambiando la mentalidad de la gente y esto es optimismo para el futuro. Nuestro trabajo es siempre ir extendiéndolo y comunicándolo.
– A nivel personal, ¿cómo vives tú estos viajes?
Con toda su intensidad. El año pasado yo fui a tres de ellos, todos compartidos con Tarannà: Marruecos, Senegal y Gambia. Marruecos es un viaje al norte del país en la zona del Rif, en donde trabajamos en casas rurales, con propuestas para turismo familiar. Gambia es un viaje muy enfocado al voluntariado, recorriendo todo el país pero con un discurso muy proactivo de actividades, más que de visita. Y el de Senegal y Gambia, incluye talleres y actividades como el comentado, pero básicamente es un viaje itinerante de descubrimientos, de cultura, de intercambio y de turismo de visita.
– En esta línea de sensibilización y responsabilidad, parece ser que el viajero va a buscar más las experiencias de convivencia y contacto con la cultura autóctona, por encima de ir a ver paisajes, monumentos o curiosidades del lugar. Jesús, ¿tú crees que eso es así?
Sí, lo comparto totalmente. Vamos a ver cosas, las vemos y las disfrutamos, pero es mucho más importante el intercambio y las experiencias. Son viajes que tienen sentido por sí mismos. La interacción y el intercambio hacen que la gente vuelva con una experiencia adquirida indeleble al haber conocido y comprendido las condiciones de vida en aquel país. Sin duda que te llevas más unas vivencias que no las fotografías explícitas testimonio de tu visita a tal o cual lugar.
– Interesante e importante porque esto afecta mucho más a lo más íntimo de cada uno y a sus sentimientos.
Es así. Se llegan a establecer verdaderos vínculos de amistad, que incluso en algunos casos perduran en el tiempo y la distancia. Te voy a contar un ejemplo que se produjo en un viaje de vuestro grupo Tarannà a Gambia y Senegal el verano pasado, en el que se visitó un centro de recuperación y educación nutricional en la zona más oriental de Gambia que es la más pobre. Pocos días después la ONG Nutrición sin Fronteras, nos informó que se había producido una donación de 600€ explícita por parte de aquel grupo para aquel centro. Aquellos viajeros durante dos días estuvieron en aquel proyecto, compartieron y participaron de la actividad del centro y al regresar alguien decidió proseguir con el vínculo que le había ligado a aquella realidad realizando la donación, de forma además –quiero añadir– muy correcta al hacerse a través de un canal adecuado ya que estas acciones deben vehicularse porque tratar de hacerlas directamente puede ocasionar que tal vez no lleguen correctamente a su destino. Incluso, de esta manera puede efectuarse un seguimiento para saber el buen uso que se ha hecho de la donación. Además, este colectivo viajero lo constituían diversos enfermeros y yo sé que tenían la intención de regresar durante unos días a prestar su ayuda. Pienso que esto es una clara demostración de los nexos que se pueden crear.
– Un ejemplo categórico de impacto positivo de turismo responsable. Yo sé que Aethnic lo constituye un colectivo multidisciplinar de personas, con diferentes formaciones, edades, situaciones personales, etc. Pero con el nexo común de esta vocación por la responsabilidad social y por conseguir un mundo mejor. En tu caso, Jesús, aunque ya llevas unos años, eres una persona joven. Me gustaría saber cómo nació en ti esta inquietud para dedicarte a ello…
Básicamente por mis propias experiencias de viaje. Yo estudié Filosofía y después empecé a trabajar en el tercer sector, principalmente en el tema de comunicación referido a las ONG. Ello me llevó a mucha relación con Marruecos y con Gambia, y al conocer estos países y ver que el turismo podía ser una herramienta más de cooperación como motor de desarrollo, me fui a cursar estudios de turismo responsable a Inglaterra. Viendo que el turismo podía ser una gran palanca para el desarrollo, me impliqué en Ethnic junto a otras personas entusiastas, creo que por una visión que nació entre la vocación y la inquietud.
– Con tu experiencia, en el momento actual y proyectándote hacia el futuro, ¿cómo ves la situación de la sostenibilidad, la responsabilidad social en general, su desarrollo y su impacto en el mundo?
Creo que ahora estamos en un momento clave, en el que el consumidor, el ciudadano, la persona de a pie, tiene claro que los recursos no son infinitos, que los hemos de cuidar, que en el mundo no vivimos únicamente nosotros sino que hay generaciones que han de venir y que tienen derecho a encontrarse por lo menos con los mismos recursos que hemos hallado nosotros. Pienso que es una cuestión de cultura y que cada vez más se está impregnando en los seres humanos.
– Este es un término clave, porque sin duda que sufrimos de una falta de cultura absoluta en relación a todos estos temas, sobretodo en este mundo que creo erróneamente llamamos “desarrollado”, y tal vez mejor dejarlo definido como occidental. ¿Seremos capaces de reeducarnos?
Seguro, creo que cada vez está más en nuestra piel y cada día más arraigado.
– Pero los hábitos cuestan mucho de cambiar…
Sí, de acuerdo. Creo que sobre todo es por un tema de cultura, como estamos comentando, pero las generaciones que irán viniendo cada vez lo tendrán más asumido. Como ejemplo podemos citar el tema de las basuras y los residuos que ahora ya se enseña desde la escuela y antes no se tenía ninguna conciencia de la separación de residuos y del reciclaje.
– ¡Buf! Dímelo a mí que aún me lío con los colores de los contenedores. Es un buen ejemplo de la culturización al respecto, porque si uno ha aprendido algo desde la base, lo tiene asumido como natural y entonces lo hace normalmente, sin esfuerzos por rehacer las costumbres.
Es así. Lo que está claro es que hay mucho trabajo por hacer y que aún necesita mucho tiempo. Y ya no hablemos de los países citados donde viajamos en estos viajes sostenibles, cuyos conceptos propios de sostenibilidad son mínimos y están a años luz de lo requerido. Su ventaja es que no generan tantos residuos ni contaminación. Hay mucho, mucho que hacer. En eso estamos.
Viaje Sostenible a Gambia y Senegal
– En eso debemos estar todos. Bien, antes de finalizar me gustaría que me hablases más en concreto sobre alguno de estos viajes. Por ejemplo del que ya hemos citado y que es una experiencia preciosa en todos los sentidos: el viaje a Senegal y Gambia…
Perfecto. Yo diría que este es un viaje con una voluntad muy clara de conocer la cultura de Gambia y Senegal. Gambia es un país muy pequeño que está dentro de Senegal. Llegamos a Banjul, la capital gambiana y el objetivo es conocer la zona costera de Gambia y la zona de Casamance al sur del Senegal. El sur del Senegal está mayoritariamente poblado por los Diola que son una etnia que considera mucho sus tradiciones. Son animistas y conservan mucho sus ritos, fetiches y lugares sagrados, que forman parte de su identidad. Tras un primer día en la costa, para tener una introducción suave al país sin experimentar un shock por el cambio brusco de ambiente, ya nos introducimos en el Senegal. Visitamos diferentes poblados, cada uno con sus características propias, así como sus símbolos y creencias religiosas.
– Poblados relativamente cercanos pueden tener, tanto organización como patrones religiosos y culturales diferentes, ¿no?
Efectivamente, esto pasa mucho. Por ello cuando visitamos diversos pueblos, el viajero ya se hace una composición general de lo que es la cultura de aquella zona del mundo. Los cambios son grandes. Empezamos en Thionk Essil que está organizado en quartiers, una especie de ensanche a la senegalesa; esto no se repite en ningún otro lugar del país. Después nos desplazamos en barca bajando por uno de los afluentes del río Casamance hasta llegar a la isla de Nioumoune, reducto de cultura animista; es una isla que está como apartada del resto del mundo y en ella se da una curiosa dualidad: encuentras una iglesia católica pero la isla está llena de elementos animistas de la cultura diola. Esta isla nos da una idea de lo que ha sucedido en Senegal desde la dominación francesa, aflorando dos culturas superpuestas. Admiramos los enormes tambores hechos de los baobabs con los que se comunican, los fetiches que usan para la fertilidad, los que simbolizan la entrada en edad adulta. Son muestras de por qué esta cultura se diferencia del resto. Allí dormimos en casas rurales que curiosamente tienen muy bien aplicados sistemas de sostenibilidad: tratamiento del agua, placas solares, etc. Después vistamos diversos poblados, la ciudad de Ziguinchor considerada la capital de la región, siempre viviendo la diversidad de la cultura de la zona. Otro caso curioso es el pueblo de Oussouye que tiene un rey.
– Caramba, ¿un rey que rige el pueblo?
Bueno tal vez no deja de ser un poco una pantomima pero la figura real existe y ejerce como rey de esta pintoresca población y pone orden si hace falta su intervención. Es un mediador, como manda la tradición cultural del sabio del pueblo. Allí la gente mayor siempre es muy respetada y venerada. Se valora enormemente la experiencia de las personas mayores. Después ya regresamos a Gambia y en todo este recorrido se hacen diversos talleres y nos introducimos en diversos proyectos culturales del lugar, que tutelan diversas Ong. También efectuamos una excursión en bicicleta.
– Un viaje por tanto lleno de actividades, más allá del carácter sostenible que lleva implícito.
Por supuesto, la gente goza de verdaderas experiencias puramente turísticas además de las vivencias de interacción y responsabilidad viajera.
– ¿Qué es lo más preciado que se llevan los viajeros de esta experiencia? ¿Qué es lo que mayormente te han comentado?
Sobre todo alegría. La alegría que transmite aquella gente. Son muy abiertos, muy sociables. Sobre todo esto: alegría.
-Creo que esta es una palabra mágica que aquí no valoramos suficientemente y que no vivimos demasiado. Quizás allí que tienen menos cosas, nos superan en mucho en posesión de alegría.
Efectivamente así es, lo has clavado. Una frase que he escuchado muchas veces de nuestros viajeros es: “qué pocas cosas tienen y qué felices que son”. Es cierto, se pasan el día riendo. Sí es cierto que tal vez les falta un poco de ambición para mejorar algunas cosas, pero son realmente felices.
-Genial, Jesús, nos has transmitido de forma amplia y colorida lo que es el turismo sostenible y la experiencia concreta de Gambia y Senegal. Para terminar, para aquellas personas que aún no han emprendido un viaje de estas características pero lo piensan hacer, o tal vez algunos dudan, ¿qué les dirías?
Diría que uno de los equívocos de estos viajes es que a menudo se comparan con viajes de voluntariado y de mucho sacrificio y no es así. Yo creo que estos viajes cumplen con los estándares de cualquier tipo de viaje, sabiendo que estamos en África. Se come bien, se duerme bien, pero además son viajes con muchas vivencias, que nos aportan una gran experiencia y además ayudamos a las personas que visitamos a que vivan mejor. Vamos a viajar, vamos a disfrutar, pero además nuestro viaje ayudará a que otros mejoren su calidad de vida.
– Disfruto y ayudo, es perfecto. Creo que más no se puede pedir, ¿no?
Exacto, quizás lo que nos queda a nosotros y a Tarannà, es trabajar más aún en la comunicación de todo esto y hacer entender a la gente que la alegría y la diversión pueden estar íntimamente ligadas con la responsabilidad y la ayuda a otros. Hacer que desaparezcan los prejuicios que quedan al respecto. Además son viajes y actividades para todas las edades sin excepción
– Pues a nosotros nos lo has comunicado absolutamente todo y magníficamente, Jesús. Gracias y a seguir adelante en tu extraordinaria labor. Para Tarannà Viajes con Sentido es un placer trabajar con Aethnic y con personas como tú. Me quedo con: Alegría que ayuda (a los demás y a nosotros mismos).
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) una apuesta de todos. Retos universales para garantizar un planeta más sostenible, diverso y justo. Conoce cómo en Tarannà aplicamos los ODS.