Benín es inexplicablemente aún un país bastante desconocido dentro del mundo turístico, puesto que es uno de los países de África que concentra prácticamente todos los atractivos de este continente. Es un lugar por descubrir lleno de alicientes. Sus playas desiertas rodeadas de cocoteros, sus bosques tropicales, su cadena de montañas, sus cascadas de agua, su naturaleza, su fauna, sus etnias, sus edificios “Tata Somba” y su cultura variada, fruto de un gran pasado histórico, hacen que sea verdaderamente un país excepcional.
Benín es la cuna del Vudú y la historia, mezclada con la leyenda, nos dice que esta práctica religiosa fue transportada a América por los esclavos africanos.
Tabla de Contenidos
Datos de Benín
La República de Benín, sucesora del antiguo Reino de Dahomey, es un país de forma alargada con una longitud de 750 kilómetros y una extensión de 112.622 kilómetros cuadrados. Es una nación tropical y subsahariana. Limita con Burkina Faso y Níger al norte, con Nigeria al este, con Togo al oeste y su vertiente sur está bañada por el Océano Atlántico en el Golfo de Guinea. La capital es Porto Novo pero su ciudad más poblada es Cotonou. La población total se estima en unos 10 millones y medio de habitantes.
Su zona costera es arenosa y plana con pantanos y lagunas. El terreno va ascendiendo a medida que se adentra en el país, entre planos mesetarios fértiles, y más al norte aparecen las montañas Atakora que llegan a los 900 metros de altura. En las zonas de Abomey y Paraky, fronterizas con Nigeria, la selva es frondosa. La parte noroeste del país es llana hasta alcanzar el valle del río Níger que hace de frontera natural con el país del mismo nombre.
Otros ríos del territorio son el Quémé con sus afluentes Okpara, Zu, Cuffo y Mono. Las lagunas costeras producto de las corrientes marinas son muy características de Benín, siendo las más importantes la de Grand Popo que se extiende hasta Togo por el oeste y la de Porto Novo en el este, que comunica con Ouidah y Cotonou.
Los paisajes son diversos y ofrecen grandes contrastes y además de la geografía descrita, son lugares muy destacables la ciudad lacustre Ganvie y el país Tata Somba con sus peculiares construcciones.
La fauna del país es diversa, como es natural en el continente africano, con leones, búfalos, hipopótamos, cocodrilos, guepardos, elefantes, antílopes y varias especies de reptiles. Especialmente importante es la abundancia de aves que encuentran un verdadero paraíso ornitológico en las zonas de lagunas costeras.
El idioma oficial es el francés aunque se hablan diversas lenguas, principalmente el fon o el yoruba u otras más minoritarias como el bariba o el fulani.
La cultura del país es variada y muy interesante, debido a sus devenires históricos. Su gastronomía es abundante y diversa. La gente es alegre y acogedora pese a que se trata de uno de los países más pobres del continente. En definitiva es un país pleno de atractivos por descubrir, donde además la seguridad y la tranquilidad están garantizadas, y sin duda será cada vez más un destino turístico más importante.
El Vudú
El Vudú es una religión originaria de África Occidental, donde actualmente se sigue practicando por miembros de diversas etnias de Togo y Benín. De hecho es una de las religiones más remotas del mundo y algunas estimaciones afirman que su práctica se remonta a más de 10.000 años de antigüedad.
Según cuenta la leyenda, Benín fue la cuna del vudú y a causa de la trata de esclavos, éstos transportaron esta práctica religiosa a América latina, donde se ha hecho más popular –especialmente con el vudú haitiano– a través de la variante que se originó del sincretismo que se dio en el área del Caribe, cuando las creencias que poseían los esclavos allí trasladados interactuaron con las prácticas cristianas que dominaban mayoritariamente aquellas tierras. Es una religión con un gran componente mágico y es que ciertamente Benín es un país que está bajo el influjo de la magia como prueba su espectacular topografía y las diferentes etnias que lo pueblan. Es un verdadero mosaico de culturas diversas que conviven en paz.
Actualmente, un 40% de la población beninesa practica el vudú, que está considerada como una de las religiones oficiales de la nación. En la lengua local ‘ewe’, la palabra “vodoun” de la que deriva, significa “espíritu”, entendido también como lo inefable o lo místico. El vudú está relacionado siempre con el mundo de los antepasados y su continua vigilancia sobre los seres vivos. Por encima de las supercherías creadas al respecto, como la popular imagen de muñecos pinchados con alfileres, se trata de una religión ancestral profesada por muchos benineses.
El vudú es un sistema de creencias animistas en el que los objetos y los fenómenos naturales se cree que poseen alma, y por tanto un significado sagrado. De tal forma que los espíritus de los animales y de los elementos naturales (agua, tierra, fuego y viento) actúan como conexión entre el individuo y los muertos vivientes. Dios se manifiesta a través de los espíritus de los antepasados que pueden traer a los vivos el bien o el daño; por ello deben ser honrados en las ceremonias. El dios Mawu se manifiesta por medio de los espíritus y sus ayudantes son los siete Orishas. Hay diversos orishas y cada uno de ellos representa distintas partes del cuerpo humano y vibra con energías diferentes. Cuando existe una necesidad, los locales llaman a un orisha específico para que les posea y les guíe.
Los sacerdotes o sacerdotisas que ejercitan el vudú ofrecen ayuda, por medio de la mediación divina, como curación o remedio a los males, a través del uso de hierbas o medicamentos, conocidos por la sabiduría ancestral transmitida por la propia religión. Es importante reseñar que el vudú predica el respeto por el mundo natural.
Las Celebraciones de Vudú en Benín
Cada año, a principios de enero, se celebra el Festival de Vudú de Benín. Diversas sectas vudú de África occidental se encuentran en la ciudad costera de Ouidah, para celebrar una efeméride de sus creencias y prácticas religiosa. El acto principal se realiza en la playa de “La porte du Non Retour”, el lugar desde donde antiguamente se embarcaba los esclavos cautivados para llevarlos lejos de su tierra y ser utilizados subyugados en todo tipo de duras tareas. Por ello, el vudú se extendió a los lugares donde principalmente eran transportados los desaventurados esclavos, que fueron especialmente zonas del Caribe, de Brasil o del sur de los Estados Unidos. Ouidah fue uno de los mayores centros de trata en la llamada Costa de los Esclavos.
Para llegar a la ‘Puerta de No Retorno’ se transita por la Ruta de los Esclavos, una senda de tres kilómetros jalonada por estatuas de dioses del vudú. Las prácticas rituales se exhiben en una especie de espectáculo donde se llevan a cabo oraciones, bailes, cantos, sacrificios de animales y ritos con máscaras. Los participantes se untan con aceite de palma y otros componentes, ingieren también ginebra local y realizan unos ritos de auto-hipnosis que les lleva a estados de trance en los que sus cuerpos son poseídos por espíritus. La música y la danza son claves en las ceremonias de vudú como expresión de la espiritualidad y de la relación con el mundo divino. Estos espíritus pueden ser benignos o malvados, en cuyo caso se procede a rituales de exorcismo para expulsarlos del cuerpo poseído.
La ciudad de Ouidah está considerada la capital del vudú. En ella se encuentran templos y se concentran importantes recuerdos históricos. Aparte de su importancia religiosa, es una ciudad donde se condensa el calor africano, pero que resulta un lugar muy agradable cuando actúan las brisas marinas. Es una urbe muy especial, donde muchas calles son de arena, lo que permite que niños y mayores vayan descalzos por gusto más que por necesidad. Más allá de su renombre por ser centro del vudú, es un lugar donde se puede disfrutar de tranquilidad y de la esencia auténtica del África negra.
Viaje a Benín
Viajar a Benin, reserva al viajero, numerosas y muy variadas sorpresas. Junto al lago Nokué, donde se encuentran las aldeas de palafitos, se levantan Cotonou y la capital, Porto Novo, las dos principales ciudades del país. No obstante, como en la mayor parte de África, para encontrar lo más interesante del país hay que huir de las ciudades.
Así, hacia el oeste se encuentra el pueblo de Grand Popo, con sus largas playas de arena dorada y altos cocoteros. Existen varias aldeas donde se puede ser testigo del ancestral rito vudú.
Más al norte se encuentran los antiguos palacios de Abomey, la antigua capital del reino de Dahomey. Construcciones de paredes blancas donde aparecen relieves coloristas de animales y personas y tejados de paja. Si continuamos la ascensión por este alargado país a través de pistas de arenas rojizas iremos encontrando diferentes etnias que reciben al viajero con curiosidad, una sonrisa y una calabaza de cerveza de mijo.
Una de las tribus más curiosas es la de los Tata Somba. Sus viviendas son pequeños castillos de varias plantas que desafían las leyes de la arquitectura con sus muros de adobe. También en el norte se encuentra la antigua ciudad colonial de Natitingú, donde podemos encontrar misioneras españolas, y el Parque Nacional de la Pendjarí. Este no tiene la extensión de los grandes parques de Kenia o Tanzania, ni su variada fauna, pero allí también se pueden divisar leones, hienas, búfalos, gacelas, elefantes o todo tipo de monos.
En definitiva, un viaje a Benín es un viaje de descubrimiento y de conocimiento de culturas atávicas llenas de sabiduría. Poder saber y comprender algo acerca del vudú nos enseñará a entender la importancia de unos ritos ancestrales, injustamente deteriorados por absurdos estereotipos creados, ya que el vudú no se ocupa únicamente de espíritus malignos y exorcismos, sino que en su esencia sirve para curar y para aportar toda serie de ayudas y energías positivas para sus creyentes.
Tarannà Viajes con Sentido está inmerso en descubrir todo lo que nos puede aportar este país tan interesante desde todos los puntos de vista fascinantes para el viajero. Por su belleza y atractivos naturales y por su impresionante carga de cultura y de sabiduría ancestral. Asistir a un ceremonial de vudú es sin duda una experiencia inolvidable.
Hola me gustaría aser un viaje por la provincias donde se practique el vudú y si se puede conocer sus culturas un saludo