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Viajar, El Sexto Sentido

18 Nov 16    Consejos viajeros, Curiosidades viajeras, Información de interés    Tarannà    Sin comentarios

Viajar, El Sexto Sentido

Desde pequeños nos enseñan que poseemos cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Ellos nos hacen gozar de la vida y nunca paramos de experimentarlos. Viajar es una actividad que sin duda nos proporciona las mejores posibilidades de disfrutar al máximo con nuestros cinco sentidos. Tarannà Viajes con Sentido define ya en su apellido su consciencia al respecto. Viajar hace que nuestros sentidos naturales conecten con nuestros sentimientos más íntimos. Por ello no es descabellado afirmar que viajar es verdaderamente el Sexto Sentido.


Se habla del sexto sentido siempre en referencia a capacidades que trascienden más allá de los cinco sentidos que posee el ser humano. Es usual relacionarlo con supuestas percepciones que escapan a lo que es demostrable científicamente de forma absoluta. Intuiciones excepcionales, telepatía, telequinesia, clarividencia, experiencias místicas y espirituales han sido y son objeto de estudio científico para poder establecer la verdadera existencia de un sexto sentido en los seres humanos, pero lo cierto es que los misterios del cerebro aún están lejos de nuestra absoluta comprensión.
Lo que es una auténtica realidad es que cuando se agudizan al máximo nuestros sentidos, nuestro nivel de comprensión y procesamiento potencia al máximo nuestras capacidades y ello nos hace sentir bien, muy bien. Gozar al máximo con nuestros cinco sentidos nos conecta con nuestros sentimientos más íntimos. Sentir al máximo nos acerca a tener un sexto sentido. Viajar nos proporciona estos estados de satisfacción plena. Por ello afirmamos que viajar es verdaderamente el Sexto Sentido.

LA VISTA, PRIMERA EXPLORADORA DEL VIAJE

La vista nos transmite las imágenes, los colores, los paisajes y la belleza del lugar que visitamos. Conocemos la magnitud y la proporción a través de nuestra percepción visual y ello nos lleva a valorar donde estamos, a un nivel que cada cual aprecia según su estimación personal.
Viajar, El Sexto SentidoEvidentemente que la vista es el primer sentido receptivo por excelencia. El espectáculo que penetra por nuestros ojos nos hace gozar con la majestuosidad de la Naturaleza o la belleza de las grandes obras de arte humanas. Nos fascinaremos con los colores de África, la grandiosidad de las montañas del Himalaya, la claridad cristalina de las paradisíacas playas en la Polinesia Francesa, los grandiosos Parques Naturales del Oeste de Estados Unidos o con la increíble mezcla de majestuosidad y naturaleza de los templos de Bagan en Myanmar, entre mil ejemplos de extraordinaria belleza. Un espectáculo visual único y diferente, como ejemplo para maravillar a nuestra vista en un viaje, es presenciar las auroras boreales en Noruega cuando impresionantes bandas de color verde, rosado o violeta bailan en el cielo que circunda el Polo Norte. La vista es el mayor regalo para el viajero.

EL OÍDO, CONECTOR CON EL CARÁCTER DE NUESTRO DESTINO DE VIAJE

El oído nos hace llegar los sonidos de cada lugar. Los rumores de la naturaleza, las voces, las manifestaciones sonoras de júbilo o de lamento, la música, la algarabía o en oposición la tranquilidad e incluso los silencios. Lo que escuchamos nos hace percibir una dimensión perfecta de cada paraje destino de nuestro viaje.
Viajar, El Sexto SentidoEscuchar los rumores de la selva y sus habitantes en los viajes en camión por África, las ceremonias sagradas de la India, los sonidos de la Tierra en los Andes peruanos, el estruendo de las cataratas de Victoria, los respetuosos silencios de templos por todo el mundo o asistir en Broadway a un espectáculo musical, son obsequios sublimes para nuestros oídos. Los sonidos del mundo nos sorprenden continuamente por su intensidad y variedad. Un lugar para gozar del oído en distintas dimensiones es Brasil donde la samba y los sonidos mestizos fusionados con los tambores y el ritmo, nos hacen vibrar, para combinar con las resonancias especiales del grandioso Amazonas escuchando los rumores del gran río y su fauna, así como los cantos de pájaros exóticos.

EL OLFATO, CLASIFICADOR DEL AMBIENTE DEL LUGAR VISITADO

El olfato es siempre importante en nuestro contacto con nuevos lugares en nuestros viajes. El olor de la tierra, la brisa o el mar, de la gente y sus ropas, los perfumes, las flores, las especies, los humos y tantas sensaciones que penetran por nuestro olfato, actúan como testimonios irrebatibles de la realidad del país donde nos encontramos.
Viajar, El Sexto SentidoEl aroma característico de tantas ciudades europeas y sus diferencias con las urbes asiáticas o el olor puro de los parajes naturales nos crea un clima siempre especial que penetra por nuestro olfato. Los olores que invaden los mercados orientales, los pueblos pescadores de las islas griegas o los efluvios relajantes de las playas de Costa Rica estimulan nuestra nariz. Un lugar especial para experimentar al máximo los aromas que enriquecen nuestro olfato es Turquía y su cultura por las especies expuesta en su mundialmente famoso Bazar de las Especies.

EL GUSTO DEFINE NUESTRO VIAJE CON LOS SABORES DEL LUGAR

El gusto nos aporta descubrimientos profundos de la cultura del país visitado. Principalmente asociado a la gastronomía del lugar, el grado de experimentación y atrevimiento de cada uno le llevará a conectar con sabores que definen muy claramente la tradición y el carácter de la gente del lugar.
Viajar, El Sexto SentidoEn cualquier parte del mundo podemos deleitar nuestro paladar con los sabores de cocinas cuyas bases e ingredientes son totalmente diferentes. Cualquier viaje nos da oportunidad de disfrutar del sentido del gusto, aunque hay viajes con la gastronomía como objetivo principal. Entre incontables lugares recomendados, en Nápoles y la costa Amalfitana se puede apreciar la riqueza tan renombrada de Italia de su amor por la cocina y los vinos.

EL TACTO, PRUEBA IRREFUTABLE DE ESTAR EN EL LUGAR

El tacto es un sentido muy delicado y ligado a la estrecha cercanía de la propia presencia con el medio pero que sin duda se experimenta ampliamente en el viaje. Palpar el frío o el calor, tocar texturas de ropas, acariciar obras o abrazar personas, apreciar el contacto de los elementos naturales con nuestras manos o andar descalzos por prados o arenales, todo son estímulos íntimos y personales. Cada poro de nuestra piel interacciona con el lugar de nuestro viaje y nos aporta experiencias inolvidables.
Viajar, El Sexto SentidoTocar las milenarias piedras de la colosal muralla china, sumergir las manos en las corrientes frescas de los lagos austríacos o tocar los glaciares suizos, acariciar la suavidad de las pashminas de Cachemira en la India o dejar nuestro contacto en lugares emblemáticos como las pirámides de Egipto son ejemplos de las innumerables experiencias para nuestro tacto que hallaremos en nuestros viajes. Un viaje a Marruecos nos permitirá el contacto con la suave textura de la arena en el desierto o tocar fósiles que atesoran una antigüedad de incontables millones de años.

VIAJAR ES UN SEXTO SENTIDO PORQUE INTENSIFICA LOS OTROS CINCO

Un viaje es ver, oír, olfatear, gustar y tocar, pero sobre todo sentir. Estar presente en experiencias como la puesta de sol en la Avenida de los Baobas en Madagascar es un ilustrativo ejemplo de lo que significa sentir más allá de disfrutar de una visión excepcional.
Viajar, El Sexto SentidoEn definitiva, el viaje es algo realmente muy especial en nuestra vida. Es una forma extraordinaria de conocer y experimentar al máximo unas vivencias que pasarán a formar parte de nuestros sentimientos más íntimos. Viajar es estimulante y necesario para nuestros sentidos, una verdadera experiencia vital.
Tarannà Viajes con Sentido apuesta desde la propia definición de su nombre por vivir totalmente la esencia del viaje y aprovechar todos nuestros sentidos. Para ello, además de disfrutar sensorialmente al máximo, debemos ser conscientes de nuestros actos como viajeros, puesto que el viaje nos conecta con otras realidades de nuestro mundo. Si viajamos con consciencia y responsabilidad, ayudamos a la sostenibilidad de nuestro entorno a nivel físico, pero también, y muy profundamente, a nivel sensorial. Viajar es un auténtico Sexto Sentido.



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