¿Has deseado alguna vez visitar el paraíso? Si la respuesta es afirmativa, la Polinesia Francesa es tu próximo destino. Con un viaje a Polinesia descubrirás un lugar soñado, un verdadero paraíso en la tierra.
La Polinesia es un destino ideal. ¿Por qué? Es un lugar mágico y místico a la vez. Sus aguas son muy azules y tiene olores que embriagan, como el que desprenden las flores de Tiaré.
¿Qué visitar en la Polinesia Francesa?
La Polinesia Francesa se divide en 5 archipiélagos y cada uno de ellos aporta su diferencia con el otro. La mayoría de las islas altas están rodeadas por barreras de arrecife que forman piscinas protegidas ideales para nadar y bucear.
Cualquier lugar podríamos denominarlo un destino de ensueño, pero de entre todos ellos destaca la isla/atolón de Bora Bora, considerada la perla del Pacífico sur. Es el lugar que todo viajero o turista desearía ir. Bora Bora es pura magia. El atolón se formó al emerger un volcán subterráneo, el cual muchos millones de años después sufrió otra erupción que provocó que surgiera una isla central dentro de ese cráter. El resultado es esta isla/atolón única en el mundo.
A Bora Bora podemos añadir la visita a otras islas como la de Moorea, Tahití y Tahaá.
Aún hay muchos atolones vírgenes. Sobre todo, en el archipiélago de las Tuamotu que se pueden descubrir viajando en catamarán. Hay una compañía que te lleva durante cuatro días por el interior del atolón de Rangiroa, que es el segundo atolón más grande del mundo, con 85 Kms de largo por unos 35 de ancho. En su momento, fue la base de operaciones del famoso oceanógrafo Jacques Cousteau. Si vas en velero no ves la tierra por ningún lugar y parece que estés en medio del océano de lo grande que es, cuando en realidad estás dentro del cráter de un volcán. En su interior el agua siempre es tranquila, no hay mareas y dispone de unos pasos abiertos para poder entrar o salir desde el océano. En Rangiroa hay dos pasos que tienen una gran profundidad y permiten el acceso incluso a cargueros.
También recomendamos que en un viaje a Polinesia vayas a las islas de las Marquesas. Acantilados, cascadas, bahías y bosques forman parte de este archipiélago volcánico expuesto totalmente al Pacífico.
¿Dónde alojarse en Polinesia?
Polinesia ofrece muchas formas de ser visitada. Una forma atípica, que a la vez permite tener una estrecha relación con la gente del lugar, es residiendo en pensiones de familia. Estas familias pueden tener entre 4, 5 o 6 bungalows, situados en la playa o en una zona ajardinada al lado de los cocoteros y los alquilan a los turistas. Tiene la ventaja que, en un momento dado, si una persona de la casa va a comprar la comida, puedes acompañarla al mercado. Si, por ejemplo, un miembro de la familia te pregunta: “¿Que te apetece comer?” y respondes “pescado”, te propone ir a pescarlo juntos. Son posibilidades que van surgiendo y que ayudan a compartir el día a día con la gente del lugar. Si se quiere lujo, también se encuentra en hoteles de 5 estrellas que ofrecen bungalows sobre el agua.