La primera vez que recorrí Namibia fue el año 1995 y siempre que he regresado he sentido la misma sensación de enamoramiento con este enorme país de grandes contrastes.
Sus paisajes van desde el desierto más antiguo del planeta, hasta escarpadas montañas , espesos bosques y corrientes de agua cubiertas de nenúfares. Gracias a ello, la vida vegetal y animal es muy variada. Sigue leyendo
En la época en que coleccionaba cromos, mi álbum preferido era uno de trajes típicos de todo el mundo. Me pasaba hora contemplando aquel álbum en el que salían mujeres vestidas con trajes muy diferentes y algunos muy exóticos. Me imaginaba como sería el lugar donde vivían esas mujeres y tenía una historia para cada una de ellas. Sigue leyendo
Yo en realidad soy Arquitecto y ejercí la profesión durante años, y aun sigo ligado a ella a través de la cooperación internacional por pertenecer a la ONG Arquitectos sin Fronteras, pero viajar ha sido siempre una necesidad de saciar una inagotable curiosidad, como a tantos otros, una sed de de descubrir, conocer y de aprender.
Entre tanto viaje y vida un tanto nómada, el mundo de los viajes se convirtió naturalmente en mi mundo.
Siempre hay algún disparador, y en mi caso tal vez fue tener un viajero en la familia, la colección de National Geographic de mi abuelo, una cuota importante de fantasía, y un primer viaje de revelación a las 13 años con la mochila al hombro a Bolivia y Perú.
Hubo varios viajes largos con experiencias diversas antes de los 20, sin embargo mi primer gran viaje, diría iniciático fue a los 24 años, y fueron hasta ese momento los mejores seis meses de mi vida. Un largo periplo por Sud América alimentado por playas kilométricas, pueblitos de pescadores, una cultura vibrante, fiestas, amistades y amores, aventura y mi primer gran Trekking en alta montaña.
Desde entonces, viajar es un reclamo interior y no es solo hedonismo sino un deseo por descubrir, y sobre todo por volar en libertad.
Ha pasado mucha agua bajo el puente, y muchos años de volver a ponerme la mochila al hombro y salir a la ruta. Son 30 años de viajes independientes muchas veces solo, otras en pareja o con mi compañero de viaje de toda la vida. Miles de historias y una experiencia que hoy canalizo hacia otros que tiene la misma sed.
El Trekking y la aventura, el encuentro con el otro, la adrenalina de lo desconocido, comprender la naturaleza de este mundo y la búsqueda interior son parte de mi búsqueda, pero como antes de viajero soy arquitecto, en los últimos 20 años puse mi mirada en la arquitectura popular y en quienes la habitan dentro. Esa arquitectura sin arquitectos construida, con barro, piedra, madera o bambú.
De la fusión de esas dos grandes pasiones- la arquitectura y los viajes- nació ARQUEXPLORA una puerta de entrada para conocer otras culturas que se plasmó en viajes especializados para arquitectos y amantes de la arquitectura.
Sí, he conocido muchos países, pero retorno a menudo a algunos de ellos, con los que me une una relación casi intima, me siento en casa, tal vez como si me hubiera apropiado de un pedazo del alma de ellos y la hubiese hecho propia, y es de estos países de los que soy responsable en Taranna.
Me refiero a Brasil, Nepal, China, el Tíbet y Madagascar o La India y Burkina Fasso en el caso de los arquitectos. Cada uno con su magia, con su alma, con una cultura vibrante, con paisajes conmovedores y sobre todo con su gente, la que les da su carácter. Mezclarme con la gente como uno más y experimentar ese vinculo, salvando las distancias y limitaciones es lo que me traigo de vuelta a casa y que como una marca indeleble permanecerán por siempre.
Que voy a contar de mí, que no sea resultado de lo que me han transmitido mis padres y mis dos hermanos. Ellos me han inculcado una visión global del mundo, me han transmitido unos valores sanos, han respetado mis decisiones y me han dado libertad y confianza para realizar aquello que he deseado. Sigue leyendo
Desde que empecé mis andaduras en este sector hace 13 años , he tenido la gran suerte de viajar por los diferentes continentes y aprender mucho de sus gentes. Siempre me ha movido la inquietud de conocer otras culturas. En cada viaje he buscado disfrutar de aquellos pequeños detalles que hacen inolvidables unas vacaciones y así poder compartir esas experiencias. Sigue leyendo
Os recomiendo viajar por Togo y Benin conjuntamente en un viaje combinado, pues ofrecen unas características paisajísticas y étnicas parecidas.
Togo es la mitad del tamaño de Benin. Además de conservar su cultura y tradiciones, y el impacto de la alegría de sus gentes, el país cuenta con varios puntos de interés: música y cantos tradicionales, ceremonias vudú y una deliciosa gastronomía picante.
Hay dos cosas de Togo que recomiendo encarecidamente: el mercado de fetiches de Lomé, que está considerado como el mayor de África, y recorrer los montes Fetiches por una carretera de montaña cerca de la montaña mas alta de la zona, el monte Agu, atravesando los bosques tropicales, con sus plantaciones de cacao, café y bananos, sus pequeñas aldeas de techos de paja y sus maravillosas vistas.
Desde pequeña mis padres me llevaban de viaje con ellos y poco a poco me iba acostumbrando a que cada año visitáramos lugares distintos. Esto hizo que a medida que pasaban los años mis viajes también crecían conmigo.
Mi consejo es viajar por Ghana conjuntamente con Togo y Benin, lo que os permitirá descubrir la tristemente famosa Costa de los Esclavos.
GHANA se podría llamar el país de los colores. Sus barcas, sus hoteles, sus camiones, sus paisajes, etc. están llenos de colores, y sus gentes orgullosas de sus tradiciones y de su historia, ya que fué el primer país subsahariano del Africa colonial en independizarse en 1957. En la costa encontramos los fuertes de Cape Coast y Elmina de la época esclavista, y hermosos puertos de pescadores con sus barcas multicolores.
Aún recuerdo a las simpáticas vendedoras del imponente mercado de Kumasi, capital del país Ashanti. Este orgulloso país de antiguos guerreros que llegaron a vencer a los soldados del imperio británico, y que aún hoy en día pasean orgullosos vestidos con una túnica que deja un hombro al descubierto estilo romano. ¿Te gustaría viajar en grupo o a medida a Ghana u otro destino en África?
Costa Rica enamora, coquetea con su verde, su aroma a orquídeas, amapolas, papaya, mango y las miles de especies animales que conforman su paraje natural. Nos envuelve, nos aloca. Costa Rica y el ejército no van de la mano, prefiere la paz para albergar a sus hijos mestizos, indígenas, negros, blancos, chinos y, cómo no, a viajeros que llegan a cada uno de sus rincones. Costa Rica es como un primer amor. La conoces y pasa a ser un lugar del corazón que siempre queda, se recuerda y se añora. Con estas palabras la poeta Costarricense Adriana Aguilar me introdujo en su maravilloso país y dentro de este país hay un lugar especial para mi es Cahuita” .
He llegado a Cahuita, pies descalzos, camino pausado y movimiento de cabeza al ritmo del mar, de la brisa con palmeras. Aquí comienza la aventura en un pueblo que puede ofrecer mas tesoros e historias de las que se aprecian a primera impresión. Recorro calles de piedra caliente por el sol buscando un refugio para los próximos días hay variedad de lugares y precios para escoger.
Tenía nueve años cuando fui con mis padres y hermanas de vacaciones a Italia. En esa época cruzar la frontera ya era una aventura; cambio de moneda, pesetas por millones de liras, cambio de idioma, de gentes, de paisajes…. Aún recuerdo llegando en “vaporeto “ a Venecia, mi madre lloraba de emoción, desde ese momento supe que quería viajar.
Estudié turismo. Me enseñaron Geografía, como hacer una reserva aérea, un billete de barco, la normativa hotelera, que si un hotel de 4* tiene que tener o no ascensor. Pero realmente todo lo aprendí trabajando y viajando
He trabajado en distintos tipos de agencias de viajes, de empresas, vacacional, billetaje… hasta llegar a Taranná. Aquí es donde me he realizado tanto personal como profesionalmente.
He viajado a lugares a los que ni en mis mejores sueños de infancia pensé visitar; países lejanos y cercanos, todos interesantes.
He vivido la luz y el silencio del desierto en Argelia y me he bañado con tiburones en la laguna de Bora Bora en la Polinesia, he visitado el palacio del último sultán turco y he oído la llamada a la oración del muecín al amanecer.
Os dejo con una frase de un gran escritor y viajero, Ryszard Kapucinsky:
Cruzar fronteras es el verdadero sentido de la vida. Hay muchas fronteras que no son físicas y que también se tienen que cruzar: las de la cultura, las de la familia, las del idioma, las del amor…
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) una apuesta de todos. Retos universales para garantizar un planeta más sostenible, diverso y justo. Conoce cómo en Tarannà aplicamos los ODS.
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