¿Cuántas veces soñamos con un lugar único y aparentemente inalcanzable y que se convierte en el objeto de nuestras obsesiones viajeras? Hay una obsesión que se repetía en nosotros cuando pensábamos en nuestro viaje de bodas, un lugar, una playa, un edén, íntimamente relacionado con un hotel: Krabi y el Hotel Rayavadee.
Krabi es una joya oculta, de la que nos enamoramos durante nuestra luna de miel a las islas de Ko Lanta y Ko Phi Phi. El Rayavadee se asienta discretamente en medio de jardines tropicales y cocoteros, en un decorado de acantilados, vegetación, exuberante selva y aguas cristalinas del mar de Andamán. Está situado en el corazón de la impresionante península de Phranang, en el borde del Parque Nacional Marino de Krabi. Además de un alojamiento elegante, de cinco estrellas, Rayavadee es uno de los balnearios de relajación más exclusivos en Tailandia.
El resort, al que se accede con una elegante lancha motora, está rodeado por tres flancos de espectaculares playas. Para estar al mismo nivel que su idílico entorno, Rayavadee ha pasado por un ambicioso programa de sostenibilidad desde su apertura. Puede que el resort pueda parecer secreto, pero su restaurante es uno de los más famosos de Tailandia. El Grotto, cuyo nombre (la gruta) le va a la perfección, está construido dentro de una antigua cueva, lo que nos dio una bellísima perspectiva nuestro último atardecer allí, con una copa de delicioso cóctel, apurando las horas del día mientras admirábamos un cielo teñido por el crepúsculo, sobre el azul del mar.
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