Costa Rica enamora, coquetea con su verde, su aroma a orquídeas, amapolas, papaya, mango y las miles de especies animales que conforman su paraje natural. Nos envuelve, nos aloca. Costa Rica y el ejército no van de la mano, prefiere la paz para albergar a sus hijos mestizos, indígenas, negros, blancos, chinos y, cómo no, a viajeros que llegan a cada uno de sus rincones. Costa Rica es como un primer amor. La conoces y pasa a ser un lugar del corazón que siempre queda, se recuerda y se añora. Con estas palabras la poeta Costarricense Adriana Aguilar me introdujo en su maravilloso país y dentro de este país hay un lugar especial para mi es Cahuita” .
He llegado a Cahuita, pies descalzos, camino pausado y movimiento de cabeza al ritmo del mar, de la brisa con palmeras. Aquí comienza la aventura en un pueblo que puede ofrecer mas tesoros e historias de las que se aprecian a primera impresión. Recorro calles de piedra caliente por el sol buscando un refugio para los próximos días hay variedad de lugares y precios para escoger.
Desde la primera vez que tuve la suerte de viajar a Africa, ésta se apoderó de mí, de una manera inmediata, teniendo la necesidad de seguir viajando por este continente, conociendo nuevas culturas, nuevas gentes y esta necesidad me llevó por primera vez, hace ahora unos 15 años, a viajar por Etiopia.
Después el primer viaje que realice a esta tierra, supe que volvería en otra ocasión y así ha sido, no uno si no varios han sido los viajes que he podido realizar por ésta tierra, lo que me ha permitido conocer un gran país, con unos parajes únicos e inigualables y sobre todo conocer a sus gentes, cordiales de naturaleza, cuya primera imagen siempre és una amplia sonrisa, situación a la que no estamos desgraciadamente acostumbrados en nuestro frenético mundo occidental. Sigue leyendo
La primera vez que viajé a Mali fue en el año 1985, y desde entonces, he estado varias veces más, y nunca ha dejado de sorprenderme y maravillarme la extraordinaria vitalidad y alegría de sus gentes. Sigue leyendo
Viajar por Benin es un viaje a su gran pasado histórico, como el reino de Abomey, el imperio Bariba, la trata de esclavos, etc. y a la cuna del vudú.
Benín es un pequeño país africano desconocido dentro del mundo turístico, a pesar de ser uno de los países de África que ofrece todos los atractivos de este continente.
Tiene lugares únicos en el mundo como Ganvie (la ciudad lacustre) y el pais Tata Somba. Tiene maravillosas playas de aguas transparentes y arenas blancas con cocoteros, exuberante sabana, zonas montañosas en las que habitan los valientes guerreros Somba.
Sin olvidar lo más importante, su cultura variada y una de las mejor conservadas de África. Sus alojamientos son simples, pero familiares y limpios, su comida variada y abundante y su seguridad y tranquilidad garantizada.
Jadeando ascendemos entre grandes bloques los últimos metros. Atrás quedan 7 días recorriendo valles, atravesando pueblos sherpas, visitando monasterios budistas y compartiendo camino con las caravanas de yaks cargadas de mercancías. Al fin tenemos frente a nosotros el Everest, la cima del mundo.
Año tras año miles de aficionados a la montaña visitan Nepal para caminar hasta los pies del Everest. Unos diez días de trekking a través del valle de Khumbu nos harán entender que este trekking es mucho más que volver a casa con unas magníficas fotos del Everest. Nos adentramos en un mundo donde las distancias se miden en jornadas de marcha, los días laten al ritmo del Sol y la Luna. Tradiciones centenarias perviven en estos altos valles, hogar del pueblo sherpa. Para conocer estos remotos rincones del mundo es necesario cambiar nuestra percepción del viaje. Para llegar hasta allí es preciso caminar; serán nuestras piernas las que nos lleven de un pueblo a otro, de los valles a las cumbres, de nuestro mundo diario de asfalto y humos hasta este otro donde la naturaleza lo ocupa todo, un mundo donde el tiempo e incluso nosotros mismos parecemos cobrar otra dimensión.
Des de la primera vegada que vaig trepitjar la fascinant terra de la gran illa de Papua i havent conegut de l’existència de una tribu que viu a un remot indret al centre de l’illa, hem va portar durant mes de 10 anys a estudiar com poder arribar fins allí de la manera mes senzilla, per poder conèixer aquesta gent que a dia d’avui encara viu d’una manera totalment primitiva. Sigue leyendo
La llegada al aeropuerto de Niamey, es una experiencia en si misma, una aglomeración de gente, esperando la llegada de las maletas, inmersa en un caos enorme, entre astutos maleteros, los cuales están a la caza de cualquiera que desee contratar sus servicios, hasta una ininteligible fila humana, la cual va avanzando poco a poco, cada vez más compacta, perdiéndose al final todo tipo de orden y con el único objetivo de poder estampar un sello en el pasaporte, delante de los impasibles policías, para los cuales el tiempo no tiene ningún tipo de valor.
Niamey se abre ante nuestros ojos como una típica ciudad del África occidental, bulliciosa, llena de vida, con el siempre presente ir y venir de sus gentes a lo largo y ancho de todas sus calles y avenidas.
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