Se acercan las vacaciones para la mayoría de la gente y todos aquellos que tienen alma de viajero ya han planificado, o están planificando, su viaje. Los clientes y amigos de Tarannà Viajes han preparado con sus asesores profesionales su destino. La ilusión por realizar algo tan especial como nuestro viaje de vacaciones es sin duda una de las mejores sensaciones que tenemos cada año. Sea en destinos de proximidad o en destinos de larga distancia, la espera del viaje soñado va acortando sus plazos y ya está muy cercana. Los medios de transporte para llevarnos a nuestro destino son diversos, pero es evidente que hoy en día, tanto más cuanto más lejos esté el paraje elegido, el medio prioritario es el avión. Pero… ¡ay!, para algunas personas, este es el pequeño obstáculo que les hace albergar una preocupación, dentro del conjunto de ilusiones y alegrías que encierra el resto de su proyecto de vacaciones. Sí, hay que admitirlo, aunque algunos prefieran no hacerlo patente y se lo guarden para su interior, por parte de un cierto número de personas existe: ¡Miedo a volar!
Lo cierto es que, no importa las veces que ya se haya hecho, hay personas que cuando ponen sus pies dentro del avión, únicamente están deseando llegar a destino y tenerlos otra vez de regreso a tierra firme, aferrados en la seguridad del contacto con la madre tierra, aunque de entrada sea en un suelo tan alejado de la naturaleza como es un aeropuerto. Es algo prácticamente congénito e incluso completamente racional y a quien lo sufre, le cuesta verdaderamente sacárselo de encima y necesita hacer esfuerzos para superar el miedo a volar. Para consuelo de todos aquellos que padecen estas sensaciones, podemos afirmar que esto les ocurre incluso a profesionales del viaje que llevan tantos trayectos en avión que ya les resulta imposible enumerarlos. Pues sí, la aerofobia o miedo a volar afecta –en mayor o menor intensidad– a un buen número de personas. Pero hasta que no se invente la tele-transportación que tanto hemos visto en películas de ciencia ficción, el avión es el medio más rápido y eficaz para llevarnos a cualquier lugar del mundo en nuestros viajes. Y además: ¡el más seguro!
FIABILIDAD DEL TRANSPORTE AÉREO
Sí, sí, las estadísticas lo demuestran de forma categórica y además, cada vez con mayor amplitud. Sí, claro, lo que ocurre es que cuando se produce la gran desgracia de un accidente aéreo, la resonancia y la difusión del mismo es espectacular, pero ocurre en proporciones tan pequeñas, entre millones de vuelos, que si lo pensamos fríamente, el temor a viajar por el aire tiene casi equivalencia –tal vez mal comparado– a la probabilidad de que nos caiga una maceta en la cabeza cuando paseamos tranquilamente por la calle, o –exagerando aún más– a la posibilidad que caiga un rayo y le dé por afinar su puntería acertando de lleno en nuestro cuerpo. Pues veamos que nos dicen los números para corroborar lo expuesto: la aviación registra un accidente grave por cada 2,4 millones de vuelos que se realizan. Aunque sea únicamente de pasada, no está de más mencionar que según la Organización Mundial de la Salud cada día fallecen en el mundo 3.500 personas en accidentes de tráfico y probablemente ninguno de los que padece miedo a volar, siente temor alguno a viajar en coche. ¡Faltaría más!, si no fuera así casi nadie se movería de su casa, o como mucho de su barrio. La realidad es que el sector de la aviación posee una fiabilidad enorme, entre otras cuestiones porque en él la innovación es constante, la tecnología es del más alto nivel y sus sistemas de seguridad están cuidados al milímetro. Los protocolos de seguridad, antes que el motor del avión se ponga en marcha, son exhaustivos y efectivos. Igualmente, una vez en el aire, existen sistemas fiables para hacer frente a cualquier imprevisto. Incluso es oportuno añadir como dato, que normalmente asociamos un accidente de aviación a una gran debacle con coste de muchas vidas humanas, cuando la realidad es que los escasos accidentes que se producen, usualmente se saldan sin víctimas.
DÁNDOLE VUELTAS A CUALQUIER DETALLE
Lo cierto es que según estadísticas manejadas por las grandes compañías de aviación, uno de cada tres pasajeros padece aerofobia, claro está que en diferentes intensidades, ya que en muchos casos no pasa de ser una lógica incomodidad al estar en un medio que no es ni usual ni natural en nuestro devenir como seres humanos. Pero hay gente para la que sí es un auténtico problema. Actualmente incluso se imparten cursos, para superar el miedo a volar, que consiguen un alto porcentaje de éxito y logran quitar el temor de la mente de sus asistentes. Hay que admitir que, incluso sin padecer aerofobia, quien no ha pensado en un avión cosas como: no sé si este ruido es normal o algo se está estropeando, parece que está tardando mucho en despegar a ver si hay algún problema en el aparato, esta azafata parece preocupada y tal vez algo no vaya bien, estamos dando muchas vueltas antes de aterrizar o es que no funciona el tren de aterrizaje. U otros pensamientos por el estilo. Es normal ya que dentro del avión nos hallamos en un hábitat que no podemos controlar directamente.
RECOMENDACIONES
En cualquier caso, vamos a enumerar una serie de recomendaciones para hacer frente a la aerofobia, que algunos leeréis con cierta diversión ya que también se trata de quitar tierra al asunto, y otros –los que sabéis que algo os afecta– debéis leer con buena predisposición puesto que son ciertos y efectivos. Se puede superar el miedo a volar:
COMPÁRTELO. No te quedes ensimismado o en estado de pánico catártico. Cuéntaselo a tus familiares, amigos o compañeros de viaje. Seguro que tendrás que soportar más de una broma, pero el clima de distensión te ayudará con total seguridad.
PREPÁRATE. Pero sin obsesionarte. Ves imaginando durante días que estás subiendo al avión y te ubicas en tu butaca y piensa también que estás tranquilamente sentado durante el vuelo. Hay estudios que nos dicen que esto ayuda a bajar la ansiedad.
INFÓRMATE. Sin excederte, pero si buscas información sabrás que los datos están a tu favor. Recuerda lo antes dichos de los porcentajes tan mínimos de accidentes, de las medidas de seguridad que se llevan a cabo escrupulosamente acerca del buen estado de los aviones, de la poca incidencia de la climatología en un vuelo y que cuando se producen situaciones climáticas extremas, se aplazan los vuelos por seguridad. La información positiva siempre debe recordarse.
DESCANSA. Prepara con tiempo y sin agobios el equipaje y planifica con racionalidad e ilusión tu viaje. Es muy importante dormir bien la noche anterior y llegar fresco y relajado al inicio de tu viaje aéreo. También es básico llevar ropa cómoda para el vuelo, nada de ropas ni zapatos excesivamente ceñidos Encontrarte cómodo alienta la tranquilidad; si algo te incomoda las preocupaciones se incrementan.
AUYENTA LA NEGATIVIDAD. Pon barrera a cualquier pensamiento negativo. Ya estás suficientemente bien informado. Olvídate ahora de estar pendiente del clima, de cualquier ruido que escuches porque sabes que estás dentro de una máquina pero que es perfecta. Conversar y empatizar con tus compañeros de viaje y con las azafatas de vuelo es siempre positivo.
RELÁJATE. Sobre todo evita el estrés de ir justo de tiempo, llega con antelación al aeropuerto, factura tu equipaje y pasea o tómate algo tranquilamente en la cafetería de la terminal. Cuando estés en tu asiento, unos breves ejercicios de respiración a fondo te ayudarán. Siéntete cómodo en tu butaca.
DISTRÁETE. Una vez acomodado, consigue la forma de distraerte y no pensar en nada que pueda afectarte negativamente. La conversación con tu compañía de viaje es buena opción, también lo es escuchar música o leer. Es muy importante buscar esta distracción ya desde el inicio de tu relación con el avión para olvidarte del despegue –uno de los momentos que generan mayor estrés– y haz lo mismo cuando se acerque el aterrizaje. No hace falta decir que cualquiera de estas ayudas positivas es esencial en caso de turbulencias –algo común en un vuelo pero que suele alterar bastante a los que padecen algún temor–, intenta obviarlas y no estar pendiente de ellas.
ILUSIÓNATE. Piensa en por qué estás en el avión y el destino que te espera en pocas horas. Vas a gozar de un viaje y unas vacaciones excepcionales. Juzga que sin el avión te perderías destinos maravillosos como el que has elegido para tu viaje. Visualiza lo que vas a encontrar y sigue planificando mentalmente todo lo que deseas hacer en este viaje.
Consejos para superar el miedo a volar pueden darse muchos otros, ya sea como variaciones de los que se han expresado, con mayor o menor profundidad, o ya sea con otros más prácticos como no sentarse en la ventanilla para evitar verse en el aire, o no excederse en el consumo de alcohol ni en nada que pueda alterar nuestra tranquilidad. Si tienes algún tipo de aerofobia, de la intensidad que sea, creemos que está bien repasar e interiorizar los consejos expresados. Si con nada de ello te calmas, pues… procura dormir con los medios que sea pero sin pasarse, ya se entiende. Es importante mencionar que si tu caso es el de una aerofobia muy intensa, nuestro consejo principal es que consultes con un especialista del tema. Recuerda: Vas en avión, te lleva al destino soñado y con mayor celeridad y seguridad que ningún otro medio existente. Acabas de empezar el viaje de tu vida que tan bien has preparado con Tarannà Viajes. ¡DISFRÚTALO!
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