La primera vez que recorrí Namibia fue el año 1995 y siempre que he regresado he sentido la misma sensación de enamoramiento con este enorme país de grandes contrastes.
Sus paisajes van desde el desierto más antiguo del planeta, hasta escarpadas montañas , espesos bosques y corrientes de agua cubiertas de nenúfares. Gracias a ello, la vida vegetal y animal es muy variada. Namibia es, sin lugar a dudas, uno de los destinos imperdibles en África.
- Para los amantes de la fauna, el principal atractivo es el Parque Nacional de Etosha, una reserva con miles de plantas y animales alrededor de unas salinas.
- En el Parque de Namib-Naukluft hay un fascinante desierto de grava, montañas escarpadas y dunas, donde te maravillas con las dunas más altas y bonitas del mundo de Sossusvlei, sólo accesibles desde Sesriem, al borde del desierto. Levantarse muy temprano para ver la salida del sol desde lo alto de una duna, es una sensación inolvidable.
- En la costa es imprescindible una visita a Swakopmund, con bellos edificios coloniales alemanes, y punto de partida para una excursión a la colonia de focas de Cape Cross.
- En el norte, el Parque de Waterberg Plateau, una formación geológica con mamíferos raros, espléndidos paisajes y numerosos senderos.
- En la remota frontera norte con Angola, están las hermosas Cataratas Epupa y Ruacana, donde habita la orgullosa tribu Himba.
- Para los amantes de las puestas de sol, recomiendo la inolvidable y fabulosa puesta de sol en la montaña de Spitzkoppe.