El espectáculo del Festival Perahera de Kandy. Viaje a Sri Lanka

Este mundo nuestro rebosa de cultura y tradiciones. En cada rincón del planeta se celebran festividades, expresadas modestamente o con intensidad y grandeza, para conmemorar sus efemérides históricas, religiosas o de herencia ancestral. Para los viajeros, presenciar alguna de estas manifestaciones, supone sin duda un valor añadido a su viaje y enriquecerse culturalmente al sumergirse en algo especial e importante del lugar visitado.
En Sri Lanka, el país insular ubicado de pleno en el golfo de Bengala en el sur asiático, se realiza cada año un precioso evento pletórico de luz y colorido. Es el festival de la Perahera.

El Origen de la Tradición

Un viaje a Sri Lanka nos impresionará por la belleza, la riqueza histórica, la cultura y el encanto de esta emergente nación. En la ciudad de Kandy, ciudad turística pero también centro espiritual, se celebra cada año el festival budista más importante del país. Está dedicado a honrar la reliquia más preciada del budismo en la isla: el Diente sagrado de Buda. Según la tradición, llegó a Sri Lanka tras la muerte de Siddartha Gautama (Buda) en el siglo IV d.C. La historia dice que su cuerpo fue incinerado y sus cenizas junto a algunas partes de su cuerpo salvadas de la cremación, fueron transportadas por el mundo dando lugar a la construcción de templos para albergar sus reliquias.
Uno de los dientes de Buda, en concreto su canino izquierdo tuvo como destino Sri Lanka. Según la leyenda, el diente sagrado fue traído a esta isla del Índico, oculto a las manos de los sacrilegios dentro del cabello de la princesa de Hemamala, que junto al príncipe Danta se arriesgaron para llevárselo de la India. Finalmente recalaron en Kandy donde se erigió el templo llamado Sri Dalada Maligawa para albergar el tesoro sagrado. Desde entonces el popularmente conocido como el Templo del Diente de Buda ha crecido en prestigio y en santidad en todo el mundo budista, y la reliquia está considerada como la posesión más preciada de Sri Lanka. El objeto sagrado de apenas dos centímetros y medio se mantiene protegida allí desde entonces para ser observada y venerada por los visitantes.

El Festival de Perahera

El festival se celebra cada año entre finales de julio y principios de agosto, puesto que sus fechas varían al ser realizado coincidiendo con el mes lunar Esala según el calendario cingalés. Las calles de la ciudad se inundan de peregrinos que en su viaje acuden a conmemorar el Kandy Esala Perahera. Los participantes se encaminan en procesión hasta el Templo del Diente de Buda, donde se conserva la reliquia y a partir de allí se desencadenan los desfiles que durante diez días llenarán de luz y colorido las noches. Los primeros cinco días son el Kumbal Perahera, donde se realizan las procesiones previas más modestas. Los cinco días siguientes corresponden al Randoli, nos ofrece diariamente largas procesiones a la luz de antorchas en la noche, con un fastuoso cortejo de múltiples elefantes y miles de músicos, malabaristas y danzarines, en un baño de luz y color.
Partiendo de cuatro santuarios de Kandy, las divinidades principales salen en procesión con un séquito de más de cien elefantes engalanados con trajes espectaculares, músicos, grupos de bailarines, acróbatas y danzas del fuego. Todos ellos ataviados con vestidos tradicionales, adornados con plata y joyas, van siguiendo los potentes ritmos musicales con sus actuaciones y movimientos, desfilando por las calles iluminadas con antorchas. El ritmo de los desfiles es pausado y consigue un efecto que casi hechiza a quienes lo presencian; la luz, el fuego, los ritmos de tambores, los hombres danzando, las acrobacias, el fuerte humo y todo el aire de la cabalgata lleva a una especie de ensoñación.

Procesiones in crescendo

Las cinco procesiones principales que se realizan, van aumentando el número de participantes que cambian cada día sus ropajes y la ornamentación de los elefantes y exponen su máximo brillo el último día. Los bailarines y artistas se alojan en las salas del templo de Natha y se puede aprovechar el viaje para ir a ver también cómo se preparan para la noche. Es una auténtica liturgia plena de rituales.
En este magnífico festival se combinan las diferentes tradiciones culturales y religiosas del Budismo y el Hinduismo, dejando un mensaje de armonía entre ellas. Durante mucho tiempo la tradicional procesión tenía lugar en honor a los cuatros Dioses hindúes: Natha, Vishnu, Skanda y Pattini, pero durante el reinado de Kirti Sri Rajasnghe el templo del sagrado Diente de Budha fue añadido a esta celebración. En la actualidad el acto culminante de estas procesiones es el paso de un gran elefante, elegido por ser el más fornido, al que preceden varias decenas de compañeros de especie, suntuosamente adornado con luces y seda que porta el sacro tesoro. Hay cierta controversia acerca de si el diente de Buda que el elefante elegido pasea en un palanquín dorado es realmente el verdadero o se trata de una réplica, pero su simbolismo no varía y despierta auténtico fervor a su paso entre los asistentes que contemplan su paso con absoluto silencio y respeto. El elefante transita por un camino de seda que se despliega como una alfombra roja para evitar que el portador pise Tierra de Mortales. Los sacerdotes del templo siguen la comitiva como máximos representantes de la autoridad budista.
Durante estos días, cada noche se puede disfrutar de una procesión diferente por las calles de una ciudad que nos envuelve con la cultura cingalesa más auténtica. El acontecimiento acaba con el Diya Kepeema, que es la única Perahera diurna y que da por concluido el festival.
Es sin duda el momento más importante del año para los budistas del país y uno de los más señalados para budistas de todo el mundo. Con los años, la apertura de Sri Lanka a los viajes turísticos y el conocimiento del festival, han transformado el Esara Perahera en un gran atractivo para los viajeros, sin perder su categoría de celebración de culto. Actualmente es sin duda uno de los festivales más relevantes de Asia. Por ello, conseguir un asiento desde donde presenciar el desfile, precisa hacer reservar con meses de antelación, cuestión a tener en cuenta para planificar el viaje a Sri Lanka. La gente suele esperar ya los desfiles desde mediodía hasta su celebración que se desarrolla entre las ocho de la tarde y las dos de la madrugada. Se vive con mucha fuerza e intensidad.

Un recuerdo imborrable

El colorido, el exotismo, el simbolismo y la pasión, unidos a una vertiente folclórica, que se respira con el festival de Perahera en Kandy, envuelven algo verdaderamente digno de ver y vivir con un viaje a Sri Lanka. Es un auténtico espectáculo visual, pero es mucho más por la carga de fervor que implica esta importante tradición cingalesa.
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