FERRAN MARTÍ. Director General

Cuando era pequeño y me preguntaban “¿qué quieres ser de mayor?”,  mi respuesta era “no lo sé”, puesto que hasta los 15 años no supe conscientemente que mi futuro profesional estaría ligado al mundo de los viajes.  Fue un día estudiando una asignatura, que los que ya superan el medio siglo recordarán llamada FEN,  que por la radio escuché sugerencias sobre la posibilidad de estudiar la carrera de turismo en Barcelona.

Sí, este fue el punto de inflexión que me llevó a estudiar turismo. Pensándolo bien, ya desde que fui al colegio en el SAFA de Horta donde empecé a oír las aventuras de los misioneros combonianos en Africa y Filipinas, a los que consideraba como exploradores de otros mundos, comencé a experimentar una enorme atracción por conocer mundo. En aquellas épocas teníamos muy poca información y solo había un canal de televisión, en blanco y negro, pero cuando emitían los documentales de Félix Rodriguez de la Fuente, no sé cómo, pero siempre estaba delante para verlos y mi mente se abría a otros mundos. Después investigaba en la biblioteca: revistas, atlas y todo tipo de historias de viajeros, con lo que me fui formando una visión, desde mi mundo, acerca de este inmenso globo terráqueo en que nos ha tocado vivir .

Mientras tanto, con mis padres, una vez al año podíamos hacer un viaje en autocar y yo siempre estaba al lado del guia apuntando todo lo que decía, debía tener unos 10 años. A los 16 ya organicé mi primer viaje que fue el de fin de curso con mis amigos y a los 20, después de hacer el servicio militar, acabé mis estudios universitarios de turismo y comencé en este mundo de los viajes de la mano de una empresa catalana especializada en turismo de tercera edad,  recorriéndome todas las poblaciones de Catalunya en busca de grupos para hacer este tipo de viajes. Más tarde, a través de una multinacional del turismo, en aquella época pionera,  aprendí a ir creciendo en este sector y tuve la oportunidad, con 24 años, de viajar y conocer realmente el mundo que hasta entonces solo había imaginado en los atlas de la escuela.

Desde entonces he podido conocer países en los 5 continentes, lo que me ha servido ya no solo para mi carrera profesional, sino también para comprender que todos somos uno y  que en cualquier recodo del mundo puedes encontrar amigos para siempre, como a mi me ha ocurrido. Doy gracias a este trabajo, que más bien es un hobby para mi, ya que trabajar en lo que te gusta, aunque siempre tengas que superar dificultades, es una gran suerte. Para mí es un inmenso orgullo que entre los viajeros asesorados en mi profesión, muchos se han convertido en amigos y entre las personas que he conocido algunas han sido tan cercanas que actualmente forman parte de mi gran familia .